Manolo Torres asegura que estos migrantes también llegan a nuestro país huyendo de la guerra y de la miseria
El portavoz del Grupo Municipal Socialista, Manolo Torres, denuncia que la alcaldesa Noelia Arroyo ha asumido como propios la xenofobia y el racismo de Vox y lo ha demostrado al intentar dejar en la calle a las 42 personas acogidas en la residencia de la calle Caballero porque son “africanos y no europeos”.
Torres recuerda que las personas que Accem atiende en este centro también son “refugiados”, al igual que lo eran los ucranianos, que huyen de la guerra y de la misera a la que están condenados en sus países.
“Es absolutamente deleznable que se discrimine por cuestión de raza o color, y eso es exactamente lo que está haciendo el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Cartagena con esta cuestión. Estaba bien que la residencia acogiera a los refugiados de Ucrania porque eran rubios y blancos, pero ahora que acoge a refugiados de África, la situación cambia y ya no están dispuestos a mantener la cesión. Es intolerable y ataca de forma directa a los derechos humanos”, denuncia Torres.
Si se cumple el mandato del Consejo de Administración de la Sociedad Municipal Casco Antiguo, que mañana previsiblemente aprobará retirar la cesión a Accem de la antigua residencia de la calle Caballero, con el voto en contra del PSOE, estas personas se quedarán en la calle en vísperas del puente de diciembre. “Es irónico porque la alcaldesa estará inaugurando luces de Navidad y belenes, hablando de paz y amor, mientras unas calles más allá, dejará a personas destrozadas sin un techo en el que cobijarse y con un futuro aún más oscuro”.
El portavoz socialista cuestiona no sólo el fondo del fin de la cesión sino también la forma, ya que se está criminalizando a Accem y denuncia el trato denigrante que el equipo de Gobierno y la Sociedad Casco Antiguo están dando a la ONG, al retirarles la cesión de la residencia de la calle Caballero, llegando a amenazarles con acudir a los tribunales si no dejan el centro en un plazo de apenas dos semanas. “Parece que la ONG está cometiendo un delito cuando lo único que hace es contribuir a apoyar a una población especialmente vulnerable que necesita su ayuda para integrarse plenamente en nuestra sociedad. Arroyo ha comprado las políticas de ultraderecha por cuatro votos y está trasladando a nuestra sociedad la xenofobia y el racismo que tantos años nos había costado alejar”, explica Torres.
Además, con el cierre de esta residencia, Cartagena pierde un servicio de atención social básico, que se suma al cierre del centro de atención a personas sin hogar que Accem tenía en la barriada Virgen de la Caridad porque la Comunidad Autónoma les retiró la subvención para este fin.
“Al final la gran Cartagena de Arroyo se va a convertir en un gran escenario de cartón piedra, sin fondo, con una sociedad destrozada y dividida, sin políticas sociales válidas y sin fomentar la cohesión y la plena integración que tanto necesitamos”, concluye Torres.
